lunes, 19 de marzo de 2018

sí es mi pendo

hola, dicen los que llegan:
hola, papá.

estas son letras sobre el vacío
la verbalización imposible de las cosas veladas,
el esfuerzo pulmonar, linfático
todo el cuerpo en aspiración
para llegar a las palabras.

-

hola, dice el calendario:
es el día en que uno habla.

y los silencios y el cariño que me guardo
todos desprendidos de mi cáscara
las grietas agrietadas
redunda, redunda, redunda mi amor,
feliz día, papá.

feliz día de escucharme, de leer las plegarias
de mis abrazos silentes a través del frío;
los metros que se comprimen
tantos metros, todos comprimidos,
hoy, solo hoy, papá.

-

hola, dicen las piruetas,
los arcos opulentos de mi lenguaje:
las costras de las heridas que no cerramos
la sangre coagulada que nos cubre la piel.

cuándo nos veremos, pronto, pronto papá,
y tu cara encogida,
los ojos alargados, sonrientes,
qué bien cuando sonríes;
qué paz, qué calor,
hoguera de familia en el pecho.

en los días grises, los otoños
estás tú igual que en el recuerdo soleado,
esperando amanecer, porque sabes:
amanecerá.

-

te quiero, papá:
las dos palabras que se esconden en los vértices,
las que callamos siempre, son como dos torres.

tú siempre te subes a las piedras
para ver el mar.

tienes razón: encima de las piedras
está el cielo sin nubes,
claro que tienes razón,
quién iba sino a tenerla.

-

adiós, dice el día de las palabras.

yo te pido que las recuerdes,
y que mañana, en el silencio,
sean voces de amor las que escuches.

voces infinitas, inmortales,
las voces de tus hijos:
te quieren hoy,
te quieren siempre.