lunes, 25 de abril de 2011

al contrario.

Demoníaca esperanza que corroe vuestras venas. Vivís, os mantenéis esperando ridículamente a que vuestro tiempo se convierta en algo más que simples minutos. Buscáis, soñáis, intentáis débilmente que vuestra estúpida existencia encuentre algún tipo de libertad, esa libertad que os condena, que os condena a ser libres.

Ponéis en un atípico, pusilánime e ignoto deseo vuestra alma, vuestro soporte, se desvanecen dos decenas de gramos y puede que uno más, y a partir de ahí, comenzáis a vagar sin rumbo ni dirección predeterminada por el sendero que marcan vuestras absurdas ilusiones.

Creáis un sublime, celestial, negligente mundo propio, secante a la realidad. El sistema crea un prototipo civil, y busca formar en su entorno un cementerio. Un cementerio compuesto por tumbas de vivos.

No se os ocurra decir vuestra opinión, podríais tener la mala suerte de llevar la razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario